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Tres días atrás se celebró el día mundial sin auto, y se promovía el uso de la bicicleta como una alternativa para mejorar el tráfico en nuestra ciudad de Quito. ¿Cuál fue el resultado? Lamentablemente ni se percibió un cambio en el tráfico (reportes El ComercioEl Telégrafo); queda demostrado que conciencia ambiental los quiteños no tenemos, debo decir las cosas como son. De las autoridades locales no hablemos pues no quisiera que este post se convierta en un tema de controversia, pero si debo decir que la voluntad política del actual alcalde dista mucho de plantear soluciones sostenibles de movilidad en nuestra ciudad, mas allá de un selfie político por el día mundial de la movilidad y que para ser prácticos no ha aportado en mucho a disminuir el tránsito en Quito, ni como acción motivadora.

Bueno no hablemos de los problemas porque hay muchos que hablan de ellos y no plantean posibles opciones al debate. No soy “biker” debo decirlo, mas bien soy alguien que planifica su movilidad de acuerdo a la necesidad requerida tratando de optimizar los recursos para mi movilización y la de mi familia según el caso, sin embargo también veo que los grupos a favor de este tipo de sistema de movilidad son a veces en exceso idealistas, apasionados menos pragmáticos a la hora de proponer el porque usar una bicicleta en vez de un auto. Llevo ya 8 años en el sector de energía renovable, erradicación dela pobreza, cambio climático y demás temas asociados a la lucha contra el cambio climático pero desde la zona rural, es decir que para colmo de planificación urbana, se lo mismo que de pesca en alta mar, sin embargo de todo ese tiempo de experiencias buenas y malas he aprendido que a las personas, al menos en nuestro medio urbano, a pesar de tener evidencias científicas de los beneficios que el uso de sistemas de movilidad sostenible logran contra el cambio climático, realmente no tenemos una conciencia ambiental, más allá de que el tema como dicen: “está de moda”, y que los que usan bicicleta hasta son medio hippies, que como no tienen que ir a reuniones de trabajo entonces ellos pueden estar haciendo eso, “yo no”.

¿Qué es lo que realmente le importa a la gente? Eso no lo sabemos pues somos muy diversos y cada uno tiene sus tendencias y formas de pensar, sin embargo todos necesitamos de dinero para subsistir, para comprar cosas y en la mayoría de los casos para malgastarlo (consumismo). Ese dinero lo obtenemos dando nuestra energía de vida en un tiempo estimado para hacer un trabajo determinado, simple concepto de física asociado a la economía. Por tanto ¿qué implica estar atorado en el tránsito de una ciudad? Que se nos está yendo nuestro tiempo de vida en ello de manera inmisericorde, y ese tiempo no lo recuperamos de ninguna manera. Y claro la solución fomentar el uso de la bicicleta… Aja, y que más?

Hasta ahora nada nuevo, pero que tal si cambiamos el lente con el que vemos este problema y nos enfocamos en como aprovechamos a uno de los mejores inventos de la humanidad de una manera que nos permita mejorar nuestra economía, no solo personal, sino local e inclusive nacional, pues la bici es una solución unipersonal que puede cambiar el mundo, y que de hecho en otras latitudes lo está haciendo.

Como ya estamos acostumbrados a que los países nórdicos realicen propuestas y soluciones que para nuestra sociedad resultan hasta inverosímiles, en Noruega por ejemplo se paga a los usuarios de bicicletas y peatones por km recorridos un “impuesto de retorno”, para el primer caso 2 euros y para el segundo caso hasta 5 euros por kilómetro. ¿De donde viene el dinero para esos pagos? Pues de la valorización real del ahorro para el estado en salud, movilidad, y la disminución del impacto al medio ambiente, que a la final es beneficio para la economía del país.

La diferencia de estas medidas es que van más allá de meros saludos a la bandera de los medios y ciertas autoridades que quieren figurar como “a favor al medio ambiente”; es en realidad la verdadera voluntad política de hacer que la bicicleta sea un medio a seleccionar de transporte por parte del ciudadano para disminuir el uso del auto particular, que a pesar de ser minoría puesto que en Quito hasta el 2014, se estimaba que el 73% de desplazamientos por personas eran realizados en transporte público, es el que más problema genera. Esta claro que este tipo de medidas, son sumamente interesantes desde el estado como real fomentador de la movilidad sustentable.

Ahora bien, el estado y los gobiernos locales tienen por mandato este tipo de acciones, que estemos acostumbrados a que no lo hagan y no reclamar por ello es otra cosa, pero, ¿qué hacemos nosotros a favor de este tema? Veamos otra arista de lo que la bicicleta puede representar para el crecimiento económico local, que resulta de adecuadas políticas públicas de fomento del uso de la bicicleta en espacios del centro de una ciudad que es donde más congestión de vehículos se produce. Tomemos el caso de Nueva York, en donde según datos del Departamento de Transportes, con la implementación de un carril exclusivo para bicicletas en la novena avenida, se consiguió que las ventas de los comercios de la zona llegaran a incrementarse en un 49% más. La razón simple, un ciudadano en bicicleta tiene una mayor capacidad de movilidad sin tener que preocuparse de estar buscando espacio para parqueo cada que sale de uno u otro almacén.

Si a todo esto le sumamos una aplicación turística y de ventas con descuentos asociados a comercios que ofrezcan este tipo de promociones por recibir a clientes en bicicleta, la dinamización de la economía local justifica con creces el porque promover este tipo de iniciativas con un verdadero interés de mejorar la movilidad en una ciudad. En este sentido, la bicicleta como el eje de un ecosistema propio puede llegar a potenciar la economía local de una ciudad, Portland — USA, es un caso.

Es una perspectiva interesante y nueva sobre modelos de negocio al rededor del uso de la bicicleta en zonas urbanas y creo que es algo práctico que podría ir más allá del mero espíritu idealista de usar la bici como un medio de transporte sustentable y no contaminante.

Simples sueños? pensamiento? o realidades que todavía no vemos por andar en auto y no en bicicleta.

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